Déjame que te cuente…

Es una anécdota que me contó un gran mentor 

y que me hizo rico.

Todo inicia en la piscina de una de las mansiones un gran millonario quien juntó en una gran fiesta a todos los habitantes de la ciudad para darles una importante noticia.

Los rumores decían que se estaba muriendo y que haría una donación.

Otros decían que repartiría todo entre los habitantes de su amado pueblo.

También comentaban que sortearía sus propiedades y más preciadas posesiones.

Una vez estuvieron todos, a las 12 del mediodía, al rayo del sol, él se paró en un lado de la piscina, que estaba cubierta por una lona e inició su discurso.

- Estimados conciudadanos, es bien sabido por ustedes que nunca quise un cargo político, más allá que me lo han ofrecido muchas veces .

- Todos saben que la vida me ha favorecido con una bella familia, una inmensa fortuna y un imperio inmobiliario.

- También saben que me gusta la buena vida y por ello, hemos decidido con mi esposa, viajar y disfrutar, pues nuestra hija y nuestro hijo están educados para ser independientes y no heredarán, más que conocimiento.

- Pero entendemos que debemos darle, a quien lo merezca, la oportunidad de ser tan inmensamente rico como nosotros .

- ¿Quién quiere ser rico? - gritó el millonario

- ¿QUIÉN QUIERE SER RICO? - volvió a gritar

La multitud estalló en gritos:

yoooo!!

Yoooooo!!

Yooooooooo!!

Todos levantaban sus manos y gritaban.

Entonces, el millonario pidió a sus empleados que destaparan la piscina y entonces, los asistentes se asombraron y horrorizaron 

La piscina estaba plagada de cocodrilos que parecían hambrientos.

Entonces el millonario dijo:

- Quien cruce esta piscina infestada de cocodrilos y llegue hasta este lado, podrá pedirme lo que quiera. 

- Puedo darle mi colección de carros o mi flota de aviones.

- Puedo darle toda mi fortuna, valorada en millones.

- Puedo darle todas mis propiedades inmobiliarias. 

- Puedo darle la mano de mi hija… o de mi hijo…

- Puedo darle lo que pida y que yo tenga - 

-¿Quién se atreve?-

Espantados los invitados permanecen en silencio y el millonario insiste: 

- Quien se lance a la piscina y logré salir vivo, se ganará todos mis carros y aviones o toda mi fortuna, o todas mis propiedades…-

- ¿Alguien se atreve?-a

El silencio es tan aturdidor que podría cortarse con un cuchillo…

Y de repente, se escucha:

- Splashhhhhh!!!!

Alguien está en la piscina, 

saltando sobre los lomos de los cocodrilos, 

luchando para que no lo muerdan y le arranque un brazo o una pierna alguno de los más de 10 cocodrilos que están en la piscina.

La escena es digna de ser filmada por Steven Spielberg.

¡Impresionante!

Una lucha intensa…

La envidia del propio Tarzán!

El joven que está entre los lagartos va cerrando las fauces de unos, golpeando en los ojos a otros, tirando de las colas de otros… WOW.

¡Que gran lucha!

Todos los asistentes gritan espantados, asombrados, horrorizados, sorprendidos…

Si “Cocodrilo Dundee” viviera, querría que este joven fuera su hijo.

O quizá sería su reencarnación.

Después de algunos minutos de terror y pánico, sale el valiente hombre lleno de arañazos, mordeduras, hematomas y casi muerto. 

El millonario se aproxima y lo felicita y le pregunta 

-¿Donde quiere que le entregue los carros?

- Y el joven responde...

-Gracias pero no quiero sus carros!!

- Sorprendido el millonario le pregunta 

- ¿Donde quiere que le entregue los aviones????

-. Y el joven responde… -Gracias pero, no quiero sus aviones

-¿Y las mansiones?, ¿las propiedades?, ¿mi fortuna?, preguntó el millonario Y el joven responde…

-Yo tengo una bella casa no necesito de las suyas, puede quedarse con ellas, no quiero nada suyo.

-.Extrañado el millonario le pregunta ¿Pero si usted. no quiere nada de lo ofrecido, que quiere entonces?

-ENCONTRAR AL MAL NACIDO QUE ME EMPUJO A LA PISCINA!!!- respondió el joven